Y en tratar de comprenderla se
nos va la misma vida.
No es
muy interesante escribir los detalles de mi propia vida, a menos que un lector
se identifique con esos detalles.
Hay
otras dos cosas que amo tanto como las anécdotas: Las fábulas y las frases que
inspiran. Ésta vez quiero empezar con una frase que me inspiró hace
tiempo: “I don't know if we each have a
destiny, or if we're all just floating around accidental-like on a breeze. But
I think maybe it's both. Maybe both is happening at the same time. Forrest
Gump 1994 Movie”. Traduzco: “No sé si cada uno de nosotros tenemos un destino,
o si andamos por la vida flotando al azar como la briza. Pero talvez sean ambos
casos. Talvez ambos casos ocurren al mismo tiempo.” Ésta es la frase final de
una película de 1994 que trata de un joven con capacidades diferentes llamado
Forrest Gump, socialmente no muy brillante pero muy exitoso en los negocios. Muchos
consideran la película como propagandística del nacionalismo estadounidense, pero
en fin no me concentraré en el tema de la película, sino en la frase en sí
misma.
¿Tenemos un propósito para el cual
nacimos o hacemos nuestra propia suerte? Ya existen muchísimas explicaciones filosóficas
y teológicas al respecto, y hay un hecho científico que planta una idea: “cada
siete años renovamos completamente nuestras células del cuerpo” puede que el
resultado de todo esto sean nuestras costumbres que parecieran seguir un ciclo
de 7 años, como leí recientemente en un periódico: “Educación primaria desde
los 7 años de edad, desarrollo del cuerpo a los 14 años, mayoría de edad a los
21 años, mayoría de matrimonios a los 28 años, y finalmente mayoría de
divorcios a los 35 años.” Todo aproximado.
¿Qué tiene que ver la frase del
destino con la regla del 7? ¡Pues eso es lo que quiero enfocar! Pues nuestra
cultura cuenta con un plan maestro para nuestra vida en ciertas edades: Desde
los 7 hasta los 18 años de edad nuestra rutina dependerá del programa escolar
¡Ese es nuestro destino establecido! Todo nuestro tiempo y nuestra rutina
girará en torno a ese programa, con consecuencias drásticas si no podemos o no queremos
seguirlo.
Pero después llegamos a los 18 años
y viene la época de la brisa, la época de las decisiones más importantes de nuestra
vida, en ésta época podemos convertirnos en médicos, abogados, elegir cualquier
sector profesional, o simplemente no elegir nada ¡Es nuestra decisión! Porque es
la edad con mayor libertad de nuestra vida. Algo curioso con ésta época es que
es extensible, quiero decir que puede ser tan larga o corta como querramos, y
podemos decidir si queremos o no formar una familia, con las consecuencias que nuestra
decisión tenga. Pero la libertad adquirida nos saca de la seguridad en que nos
encontrábamos, la comodidad que nos traía llevar nuestra vida de acuerdo al plan
al que estábamos acostumbrados. Entonces nuestros sentimientos y nuestro
carácter comenzarán a jugar un rol muy importante, por un lado podrías sentirte
tan seguro de ti mismo que acabarás dándole la vuelta al mundo; pero por el
otro podrías querer refugiarte en un trabajo monótono, establecerte con tu
pareja lo antes posible, tener hijos; estar en una nueva zona de comodidad,
simplemente pasar a la siguiente etapa por la vía segura.
Lo anterior nos lleva a la
siguiente etapa, ésta es una etapa mixta, ahora hay libertad, pero más
limitada. Limitada en tiempo y recursos, que tendrás que compartir con una
pareja sentimental y con tus hijos, ahora los riesgos tienen que ser moderados,
porque tu familia es tu responsabilidad; entre más hijos tengas la responsabilidad
será mayor, eso es obvio. No existirá un programa específico para ti, pero tendrás
que procurar que tus hijos cumplan con el programa de su educación, lo cual te
tendrá atado en gran manera. Tu satisfacción en ésta etapa requerirá de más
esfuerzo, pero no es imposible, todo es posible si se hace de corazón. Muchos
acostumbran a pensar que para cumplir algunos sueños que dejaron atrás, tienen
que esperar a que termine ésta etapa, después de todo, los hijos crecerán; es
absurdo dejar pasar los años, ya que ahora tendrían que buscar el tiempo, pero
después tendrán que buscar las energías; es un mal negocio dejar pasar los años
para cumplir los sueños.
Quizás entre tus 49 a 56 años, tus
hijos serán mayores de edad; viene la penúltima etapa, ésta será tan buena para
ti como tus energías, ésta es la etapa en que tu cuerpo te agradecerá más el
haber hecho entrenamiento físico, haberte alimentado saludablemente y mantenido
una buena actitud a lo largo de tu vida; o es cuando pagarás mas caro el no
haberlo hecho, vivirás en una adultez extendida o una ancianidad adelantada, es
tu decisión.
La última etapa será
aproximadamente a partir de los 63 años de edad, la vejez. Los recuerdos y
experiencias serán tus más preciados tesoros, puede que tengas mucho dinero,
pero no habrá mucha diferencia con quienes tengan menos dinero que tú (a menos
que sean realmente muy pobres) los bienes no compran salud, al menos no la
mayoría de tu salud. Si tu destino es acabar recluido en un asilo, me darás la
razón, convivirás tanto con ancianos pobres como con ancianos ricos, y puede
que los pobres puedan caminar aún y los ricos no, pero no podrás comprar eso.
Ésta es mi reflexión con respecto a
nuestra vida, tan libre y tan atada como lo decidamos, sin olvidar que la
familia es la fuente del amor, un aspecto de nuestro crecimiento y desarrollo
como seres humanos. Sobre esto me extenderé en otro momento.
No olvidemos que los antiguos griegos descubrieron que el propósito de nuestra vida es ser felices. ¡Que disfruten su vida!
PD. Cabe recordar que "Forrest Gump" fue uno de mis apodos en la adolescencia, porque no era muy listo para expresarme al hablar (aún no lo soy) nunca me ofendió ese apodo, mas bien le tomé cariño al personaje. Les recomiendo la película.
1 comentario:
Encontré otro blog que trata de un tema similar: http://sietedematrimonio.blogspot.com/2011/07/cada-siete-anos-cambiamos.html
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