lunes, 30 de julio de 2012

HAZ SÓLO LO QUE AMAS Y SERÁS FELIZ


Haz sólo lo que amas y serás feliz, y el que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser será, y llegará naturalmente.
Facundo Cabral

¿Por cuánto dinero venderías a tu familia? Es una pregunta risible ¿Verdad?

Cuando llegamos a la mayoría de edad, se viene la pregunta “¿Ahora a que te vas a dedicar?” El “¿Qué querés ser cuando seas grande?” Dejó de ser un futuro lejano y ahora se viene la hora de la batalla,  el enfrentamiento entre el corazón y la mente.

El corazón casi siempre ilumina un camino apoyado por ti mismo; camino inseguro, plagado de riesgos, oportunidades no muy bien remuneradas.

La razón te muestra un camino con más seguridad, apoyado por tus familiares; un plan ya bien definido, un método ya comprobado, una carrera bien remunerada.

¿Por cuánto dinero venderías tus sueños, por cuánto dinero te venderías a ti mismo? ¿Es risible esta otra pregunta?

Imaginemos que seguimos cualquier carrera bien remunerada, como ésta carrera es famosa por ser bien pagada, habrá muchos que quieran seguirla; algunos porque les interesa mucho de que se trata, pero la mayoría la seguirá por que los ha deslumbrado el brillo del dinero. Entonces habrá muchos compitiendo en la carrera, y el sacrificio por avanzar en ella será mayor, pero el dinero seguirá siendo el mismo; entonces se formará una paradoja, porque sólo los que aman la carrera aceptarán sufrir el sacrificio por mantenerse en ella ¿Vale la pena deslumbrarse por el brillo del dinero?

Tengo aquí una fábula:
Eran éstos dos enanos que vieron brillar una caverna, a uno le gustaba estudiar las rocas e internarse en las cuevas para verlas; el otro sólo quería ganarse la plata. Entraron juntos y con sus herramientas comenzaron a martillar el mineral. Al poco tiempo, uno había seguido el camino de las vetas, llenando la carreta con la plata y su cuaderno con las notas y dibujos que con pasión realizaba. El otro había hecho un inmenso agujero, cargando en su camisa mucho sudor y de plata unas pocas pepitas. Terminada la faena los dos salieron, uno de ellos volvería al otro día, el otro, otro camino buscaría, pero ésta vez guiado por su corazón.

Ésta vez dedico un suspiro, a Amarilis, amiga mía, quien siguió la carrera de las leyes truncando su sueño de ser veterinaria; y al convertirse en abogada sin suerte ni pasión, comió el fruto prohibido de la corrupción. Amarilis, eres joven, cuando salgas de tu encierro pide otra oportunidad a tu corazón.

Gracias por leer hasta aquí, y muchas más gracias si sigues a tu corazón reforzado por tu mente y razón.

martes, 24 de julio de 2012

DESACUERDOS


Estaba una viejecita con su canario, y empieza éste a cantar y a cantar, cuando ella reacciona y le dice “¡Oye, no me hables en ese tono!”
Chiste popular con no mucha gracia.

El don de hablar es una de nuestras capacidades humanas, y como tal, sólo la notamos cuando la perdemos ¿Te haz quedado afónico alguna vez?

Pero las redes sociales están plagadas de comentarios como: “no soporto a mi jefe ni a mis compañeros”, “estoy peleando otra vez con mi mamá”, “paso más tiempo discutiendo que conversando con mi pareja”.

El estar en desacuerdo con alguien no siempre significa que debamos romper la relación con esa persona; los árboles se empujan unos a otros con sus ramas a la vez que mantienen sus raíces firmes.

Hay personas que se cambian de vecindario, de trabajo o etc. porque donde estaban “había demasiados desacuerdos”, y ya cuando se ubican en su nuevo mundo, parece que los problemas se mudaran con ellos, y piensan “¿Acaso el problema era yo mismo?”; lo que realmente está ocurriendo, es que donde sea que haya personas habrá problemas, es parte de nuestra naturaleza y es mejor aceptarnos como somos.

Cuando nos enojamos decimos que perdemos el control; el control de las palabras que decimos, el control de nuestro tono de voz; con frecuencia llegamos al punto más crítico que es repetir gritando una y otra vez las mismas palabras, preparando el terreno a la violencia física.

Los filósofos del siglo XIX pensaron que una discusión no tenía porqué destruir una idea, ya que el discurso es la materia prima de su ciencia, no podían terminar siempre destruyéndose unos a otros; así que crearon lo que llamaban “Tríada Dialéctica”, o sea, alguien presentaba una idea y le llamaban Tesis; luego en el futuro alguien presentaba otra idea que reñía con la primera, a ésta nueva la llamaban Antítesis; entonces al razonar ambas ideas iba surgiendo un nuevo pensamiento, a ésta idea mestiza la llamaban Síntesis ¿Qué tal si practicáramos esto en la vida diaria?

Hay personas muy delicadas de tratar, en mi país decimos “hay que tratarlos con pinzas”; puede ser nuestro jefe, nuestra suegra, o nuestra pareja; el mejor consejo que me han dado al respecto, es: “Si en una fiesta alguien dice algo con lo que no estás de acuerdo, puedes permanecer en silencio o cambiar de plática, porque el objetivo de la fiesta es pasarla bien; en una sesión de negocios es otra cosa”.

¿Cómo no discutir cuando conversemos con nuestros padres o abuelos? Pues lleguemos con el entendimiento de que ellos son de una generación distinta; que la edad reduce su audición y su vista; que su memoria es su tesoro, por lo tanto les gusta volver a contar las mismas anécdotas. Si ellos soportaron que “no estuviéramos a su nivel” cuando tuvieron que cuidarnos de bebes, soportemos nosotros su segunda infancia, además el objetivo de visitarlos es pasar tiempo de calidad con ellos, no atormentarlos ¿O acaso eres un buitre que espera por la herencia? 

Pulgares opuestos y el don del habla son las herramientas básicas que han forjado a la humanidad según dicen los antropólogos; utilicémoslos bien, no nos arranquemos los pulgares ni destruyamos nuestra capacidad de conversar, después de todo, el objetivo de nuestra vida es ser felices.

Pásenla bien, Atte. El Saul.

viernes, 6 de julio de 2012

LA CRÍTICA


“Un grupo de ranas viajaba por el bosque, cuando de repente dos de ellas cayeron en un pozo profundo. Las demás se reunieron alrededor del agujero y, cuando vieron lo hondo que era, le dijeron a las caídas que, para efectos prácticos, debían darse por muertas. Sin embargo, ellas seguían tratando de salir del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras les decían que esos esfuerzos serían inútiles. Finalmente, una de las ranas atendió a lo que las demás decían, se dio por vencida y murió. La otra continuó saltando con tanto esfuerzo como le era posible. La multitud le gritaba que era inútil pero la rana seguía saltando, cada vez con más fuerza, hasta que finalmente salió del hoyo. Las otras le dijeron: “¿No escuchabas lo que te decíamos?” La ranita con señas sonrió y les hizo entender que era sorda, y creía que las demás la estaban animando desde el borde a esforzarse más y más para salir del hueco.”
La ranita sorda (Leyenda Oriental)

“¿Sabe cual es el producto más barato de la historia? La opinión, la gente se la regalará sin que usted se la pida o quiera recibirla”  Napoleón Hill.

¿Qué motiva a otros a criticarnos?

La crítica crea la falsa impresión de que quien critica está en una posición igual o superior que el criticado.

Es muy natural que nos ganemos críticas porque afectemos a otros con nuestras acciones, pero en gran cantidad de ocasiones la crítica viene gratis, sin haber afectado a nuestro acusador ¿Por qué?

Conforme los medios de comunicación evolucionan pareciera que todos nos convirtiéramos (o por lo menos así lo creemos) en expertos en cualquier materia de nuestro interés.  Las actitudes populares buscan cualquier mancha en el papel para resaltarla y hasta hacer escándalo de ella, hemos adquirido el poder de hablar más de lo que escuchamos, y olvidamos que la naturaleza nos dio dos oídos y una sola boca para escuchar el doble de lo que hablamos.

Ama y cree en lo que hagas, si afectas a alguien habrá que asumir la responsabilidad de tus actos y corregirlo, pero no por ello dejar de amar y creer en lo que haces. Esto te traerá la necesaria paz interior hacia tu labor y trabajarás con más gusto, sin que te afecte el ruido de la crítica.

No te dejes convencer de que lo que haces es “ridículo” / “de moda” / “cursi” / “pussy” y cuanta palabra quiera menospreciarlo, tus metas son tuyas, no de tus críticos, y lo que haces lo haces bien y de puro corazón, porque con ello haces el bien para ti mismo y para quienes te rodean.

Y si mi inspiración se llenara de valentía, y vencido mi miedo a la crítica escribiera yo una fábula acerca de la crítica, sería una fábula como ésta:

“Sobre las ramas muertas de un tronco seco, se posaba un buitre todos los días, y mientras descansaba les gruñía desaliento, a todos los seres vivos quienes con sed y con sumo esfuerzo cruzaban las arenas del desierto.  Imposible era no escucharlo, y mientras la mayoría sus intenciones entendían, había unos pocos inexpertos que a sus palabras se rendían y así encontraba su alimento, el Buitre Criticón”

Ama y cree en lo que hagas.